viernes, 24 de mayo de 2013

VIVIR EN VERDAD

Un grito, un fuerte grito de alegría es el de el Cristiano que se ha encontrado con Cristo, un grito ante el sufrimiento, que dirá Benedicto XVI siempre tiene que ser entendido de manera personal, saber verlo a la Luz de Cristo. Un grito ante el letargo, ante el adormecimiento que tanto daño le hace a su vida Espiritual.

El cristiano tiene que levantar la voz para proclamar el evangelio, para proclamar a Cristo. Somos herederos de una vida eterna que no termina en la tierra, por eso como dice Jesús: "Quien quiere seguirme que cargue con su cruz". 

No necesitamos siempre pedirle al Señor grandes cosas, y así lo confirmará San Agustín: "No sabemos pedir lo que nos conviene". Tendríamos que pedir el poder ver la Gloria de Dios en la vida eterna, y no sólo pedir por nuestras necesidades económicas, de salud, y afectivas; sino pedirle de manera enérgica que nos muestre el camino que hemos de seguir para llegar a la vida eterna y el poder hacer su voluntad en esta vida terrena. 

Estamos en este mundo pero no somos de este mundo, tenemos que ser conscientes como Cristianos de que lo sobrenatural rebasa la razón. Nuestra fe no va contra nuestra razón, pero si la supera y la eleva a Dios. 

Es verdad el mandamiento del Amor: "Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo". Pues entonces, primero ama a Dios, ama a Cristo, pide el Espíritu Santo, ámale, ama a su Madre María, y mientras más te llenes de su amor más amaras a tu prójimo. Aprendamos a vivir en la verdad como Cristianos, no podemos ser relativistas, no podemos pensar sino en Ser Católicos de la Iglesia de Cristo, protegiendo y cuidando con celo su doctrina y sus mandamientos. Ánimo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario